El Papa y el Gran Imán del Al-Azhar: «Declaramos que las religiones no incitan nunca a la guerra»

El documento pide "trabajar para cambiar las leyes que impiden a las mujeres disfrutar plenamente de sus derechos" Vatican Media
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El Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar han firmado un documento esta tarde en Abu Dabi que les dejamos completo para que ustedes mismos lo lean en su integridad.

DOCUMENTO SOBRE LA
FRATERNIDAD HUMANA
Por la paz mundial y la convivencia común

Prefacio

La fe lleva al creyente a ver en el otro a un hermano que debe sostener y amar. Por la fe en Dios, que ha creado el universo, las criaturas y todos los seres humanos —iguales por su misericordia—, el creyente está llamado a expresar esta fraternidad humana, protegiendo la creación y todo el universo y ayudando a todas las personas, especialmente las más necesitadas y pobres.

Desde este valor trascendente, en distintos encuentros presididos por una atmósfera de fraternidad y amistad, hemos compartido las alegrías, las tristezas y los problemas del mundo contemporáneo, en el campo del progreso científico y técnico, de las conquistas terapéuticas, de la era digital, de los medios de comunicación de masas, de las comunicaciones; en el ámbito de la pobreza, de las guerras y de los padecimientos de muchos hermanos y hermanas de distintas partes del mundo, a causa de la carrera de armamento, de las injusticias sociales, de la corrupción, de las desigualdades, del degrado moral, del terrorismo, de la discriminación, del extremismo y de otros muchos motivos.

De estos diálogos fraternos y sinceros que hemos tenido, y del encuentro lleno de esperanza en un futuro luminoso para todos los seres humanos, ha nacido la idea de este «Documento sobre la Fraternidad Humana». Un documento pensado con sinceridad y seriedad para que sea una declaración común de una voluntad buena y leal, de modo que invite a todas las personas que llevan en el corazón la fe en Dios y la fe en la fraternidad humana a unirse y a trabajar juntas, para que sea una guía para las nuevas generaciones hacia una cultura de respeto recíproco, en la comprensión de la inmensa gracia divina que hace hermanos a todos los seres humanos.

Documento

En el nombre de Dios que ha creado todos los seres humanos iguales en los derechos, en los deberes y en la dignidad, y los ha llamado a convivir como hermanos entre ellos, para poblar la tierra y difundir en ella los valores del bien, la caridad y la paz.

En el nombre de la inocente alma humana que Dios ha prohibido matar, afirmando que quien mata a una persona es como si hubiese matado a toda la humanidad y quien salva a una es como si hubiese salvado a la humanidad entera.

En el nombre de los pobres, de los desdichados, de los necesitados y de los marginados que Dios ha ordenado socorrer como un deber requerido a todos los hombres y en modo particular a cada hombre acaudalado y acomodado.

En el nombre de los huérfanos, de las viudas, de los refugiados y de los exiliados de sus casas y de sus pueblos; de todas las víctimas de las guerras, las persecuciones y las injusticias; de los débiles, de cuantos viven en el miedo, de los prisioneros de guerra y de los torturados en cualquier parte del mundo, sin distinción alguna.

En el nombre de los pueblos que han perdido la seguridad, la paz y la convivencia común, siendo víctimas de la destrucción, de la ruina y de las guerras.

En nombre de la «fraternidad humana» que abraza a todos los hombres, los une y los hace iguales.

En el nombre de esta fraternidad golpeada por las políticas de integrismo y división y por los sistemas de ganancia insaciable y las tendencias ideológicas odiosas, que manipulan las acciones y los destinos de los hombres.

En el nombre de la libertad, que Dios ha dado a todos los seres humanos, creándolos libres y distinguiéndolos con ella.

En el nombre de la justicia y de la misericordia, fundamentos de la prosperidad y quicios de la fe.

En el nombre de todas las personas de buena voluntad, presentes en cada rincón de la tierra.

En el nombre de Dios y de todo esto, Al-Azhar al-Sharif —con los musulmanes de Oriente y Occidente—, junto a la Iglesia Católica —con los católicos de Oriente y Occidente—, declaran asumir la cultura del diálogo como camino; la colaboración común como conducta; el conocimiento recíproco como método y criterio.

Nosotros —creyentes en Dios, en el encuentro final con él y en su juicio—, desde nuestra responsabilidad religiosa y  moral, y a través de este Documento, pedimos a nosotros mismos y a los líderes del mundo, a los artífices de la política internacional y de la economía mundial, comprometerse seriamente para difundir la cultura de la tolerancia, de la convivencia y de la paz; intervenir lo antes posible para parar el derramamiento de sangre inocente y poner fin a las guerras, a los conflictos, a la degradación ambiental y a la decadencia cultural y moral que el mundo vive actualmente.

Nos dirigimos a los intelectuales, a los filósofos, a los hombres de religión, a los artistas, a los trabajadores de los medios de comunicación y a los hombres de cultura de cada parte del mundo, para que redescubran los valores de la paz, de la justicia, del bien, de la belleza, de la fraternidad humana y de la convivencia común, con vistas a confirmar la importancia de tales valores como ancla de salvación para todos y buscar difundirlos en todas partes.

Esta Declaración, partiendo de una reflexión profunda sobre nuestra realidad contemporánea, valorando sus éxitos y viviendo sus dolores, sus catástrofes y calamidades, cree firmemente que entre las causas más importantes de la crisis del mundo moderno están una conciencia humana anestesiada y un alejamiento de los valores religiosos, además del predominio del individualismo y de las filosofías materialistas que divinizan al hombre y ponen los valores mundanos y materiales en el lugar de los principios supremos y trascendentes.

Nosotros, aun reconociendo los pasos positivos que nuestra civilización moderna ha realizado en los campos de la ciencia, la tecnología, la medicina, la industria y del bienestar, en particular en los países desarrollados, subrayamos que, junto a tales progresos históricos, grandes y valiosos, se constata un deterioro de la ética, que condiciona la acción internacional, y un debilitamiento de los valores espirituales y del sentido de responsabilidad. Todo eso contribuye a que se difunda una sensación general de frustración, de soledad y de desesperación, llevando a muchos a caer o en la vorágine del extremismo ateo o agnóstico, o bien en el fundamentalismo religioso, en el extremismo o en el integrismo ciego, llevando así a otras personas a ceder a formas de dependencia y de autodestrucción individual y colectiva.

La historia afirma que el extremismo religioso y nacional y la intolerancia han producido en el mundo, tanto en Occidente como en Oriente, lo que podrían llamarse los signos de una «tercera guerra mundial a trozos», signos que, en diversas partes del mundo y en distintas condiciones trágicas, han comenzado a mostrar su rostro cruel; situaciones de las que no se conoce con precisión cuántas víctimas, viudas y huérfanos hayan producido. Asimismo, hay otras zonas que se preparan a convertirse en escenario de nuevos conflictos, donde nacen focos de tensión y se acumulan armas y municiones, en una situación mundial dominada por la incertidumbre, la desilusión y el miedo al futuro y controlada por intereses económicos miopes.

También afirmamos que las fuertes crisis políticas, la injusticia y la falta de una distribución equitativa de los recursos naturales —de los que se beneficia solo una minoría de ricos, en detrimento de la mayoría de los pueblos de la tierra— han causado, y continúan haciéndolo, gran número de enfermos, necesitados y muertos, provocando crisis letales de las que son víctimas diversos países, no obstante las riquezas naturales y los recursos que caracterizan a las jóvenes generaciones. Con respecto a las crisis que llevan a la muerte a millones de niños, reducidos ya a esqueletos humanos —a causa de la pobreza y del hambre—, reina un silencio internacional inaceptable.

En este contexto, es evidente que la familia es esencial, como núcleo fundamental de la sociedad y de la humanidad, para engendrar hijos, criarlos, educarlos, ofrecerles una moral sólida y la protección familiar. Atacar la institución familiar, despreciándola o dudando de la importancia de su rol, representa uno de los males más peligrosos de nuestra época.

Declaramos también la importancia de reavivar el sentido religioso y la necesidad de reanimarlo en los corazones de las nuevas generaciones, a través de la educación sana y la adhesión a los valores morales y a las enseñanzas religiosas adecuadas, para que se afronten las tendencias individualistas, egoístas, conflictivas, el radicalismo y el extremismo ciego en todas sus formas y manifestaciones.

El primer y más importante objetivo de las religiones es el de creer en Dios, honrarlo y llamar a todos los hombres a creer que este universo depende de un Dios que lo gobierna, es el Creador que nos ha plasmado con su sabiduría divina y nos ha concedido el don de la vida para conservarlo. Un don que nadie tiene el derecho de quitar, amenazar o manipular a su antojo, al contrario, todos deben proteger el don de la vida desde su inicio hasta su muerte natural. Por eso, condenamos todas las prácticas que amenazan la vida como los genocidios, los actos terroristas, las migraciones forzosas, el tráfico de órganos humanos, el aborto y la eutanasia, y las políticas que sostienen todo esto.

Además, declaramos —firmemente— que las religiones no incitan nunca a la guerra y no instan a sentimientos de odio, hostilidad, extremismo, ni invitan a la violencia o al derramamiento de sangre. Estas desgracias son fruto de la desviación de las enseñanzas religiosas, del uso político de las religiones y también de las interpretaciones de grupos religiosos que han abusado —en algunas fases de la historia— de la influencia del sentimiento religioso en los corazones de los hombres para llevarlos a realizar algo que no tiene nada que ver con la verdad de la religión, para alcanzar fines políticos y económicos mundanos y miopes. Por esto, nosotros pedimos a todos que cese la instrumentalización de las religiones para incitar al odio, a la violencia, al extremismo o al fanatismo ciego y que se deje de usar el nombre de Dios para justificar actos de homicidio, exilio, terrorismo y opresión. Lo pedimos por nuestra fe común en Dios, que no ha creado a los hombres para que sean torturados o humillados en su vida y durante su existencia. En efecto, Dios, el Omnipotente, no necesita ser defendido por nadie y no desea que su nombre sea usado para aterrorizar a la gente.

Este Documento, siguiendo los Documentos Internacionales precedentes que han destacado la importancia del rol de las religiones en la construcción de la paz mundial, declara lo siguiente:

·             La fuerte convicción de que las enseñanzas verdaderas de las religiones invitan a permanecer anclados en los valores de la paz; a sostener los valores del conocimiento recíproco, de la fraternidad humana y de la convivencia común; a restablecer la sabiduría, la justicia y la caridad y a despertar el sentido de la religiosidad entre los jóvenes, para defender a las nuevas generaciones del dominio del pensamiento materialista, del peligro de las políticas de la codicia de la ganancia insaciable y de la indiferencia, basadas en la ley de la fuerza y no en la fuerza de la ley.

·             La libertad es un derecho de toda persona: todos disfrutan de la libertad de credo, de pensamiento, de expresión y de acción. El pluralismo y la diversidad de religión, color, sexo, raza y lengua son expresión de una sabia voluntad divina, con la que Dios creó a los seres humanos. Esta Sabiduría Divina es la fuente de la que proviene el derecho a la libertad de credo y a la libertad de ser diferente. Por esto se condena el hecho de que se obligue a la gente a adherir a una religión o cultura determinada, como también de que se imponga un estilo de civilización que los demás no aceptan.

·             La justicia basada en la misericordia es el camino para lograr una vida digna a la que todo ser humano tiene derecho.

·             El diálogo, la comprensión, la difusión de la cultura de la tolerancia, de la aceptación del otro y de la convivencia entre los seres humanos contribuirían notablemente a que se reduzcan muchos problemas económicos, sociales, políticos y ambientales que asedian a gran parte del género humano.

·          El diálogo entre los creyentes significa encontrarse en el enorme espacio de los valores espirituales, humanos y sociales comunes, e invertirlo en la difusión de las virtudes morales más altas, pedidas por las religiones; significa también evitar las discusiones inútiles.

·          La protección de lugares de culto —templos, iglesias y mezquitas— es un deber garantizado por las religiones, los valores humanos, las leyes y las convenciones internacionales. Cualquier intento de atacar los lugares de culto o amenazarlos con atentados, explosiones o demoliciones es una desviación de las enseñanzas de las religiones, como también una clara violación del derecho internacional.

·          El terrorismo execrable que amenaza la seguridad de las personas, tanto en Oriente como en Occidente, tanto en el Norte como en el Sur, propagando el pánico, el terror y el pesimismo no es a causa de la religión —aun cuando los terroristas la utilizan—, sino de las interpretaciones equivocadas de los textos religiosos, políticas de hambre, pobreza, injusticia, opresión, arrogancia; por esto es necesario interrumpir el apoyo a los movimientos terroristas a través del suministro de dinero, armas, planes o justificaciones y también la cobertura de los medios, y considerar esto como crímenes internacionales que amenazan la seguridad y la paz mundiales. Tal terrorismo debe ser condenado en todas sus formas y manifestaciones.

·          El concepto de ciudadanía se basa en la igualdad de derechos y deberes bajo cuya protección todos disfrutan de la justicia. Por esta razón, es necesario comprometernos para establecer en nuestra sociedad el concepto de plena ciudadanía y renunciar al uso discriminatorio de la palabra minorías, que trae consigo las semillas de sentirse aislado e inferior; prepara el terreno para la hostilidad y la discordia y quita los logros y los derechos religiosos y civiles de algunos ciudadanos al discriminarlos.

·          La relación entre Occidente y Oriente es una necesidad mutua indiscutible, que no puede ser sustituida ni descuidada, de modo que ambos puedan enriquecerse mutuamente a través del intercambio y el diálogo de las culturas. El Occidente podría encontrar en la civilización del Oriente los remedios para algunas de sus enfermedades espirituales y religiosas causadas por la dominación del materialismo. Y el Oriente podría encontrar en la civilización del Occidente tantos elementos que pueden ayudarlo a salvarse de la debilidad, la división, el conflicto y el declive científico, técnico y cultural. Es importante prestar atención a las diferencias religiosas, culturales e históricas que son un componente esencial en la formación de la personalidad, la cultura y la civilización oriental; y es importante consolidar los derechos humanos generales y comunes, para ayudar a garantizar una vida digna para todos los hombres en Oriente y en Occidente, evitando el uso de políticas de doble medida.

·             Es una necesidad indispensable reconocer el derecho de las mujeres a la educación, al trabajo y al ejercicio de sus derechos políticos. Además, se debe trabajar para liberarla de presiones históricas y sociales contrarias a los principios de la propia fe y dignidad. También es necesario protegerla de la explotación sexual y tratarla como una mercancía o un medio de placer o ganancia económica. Por esta razón, deben detenerse todas las prácticas inhumanas y las costumbres vulgares que humillan la dignidad de las mujeres y trabajar para cambiar las leyes que impiden a las mujeres disfrutar plenamente de sus derechos.

·          La protección de los derechos fundamentales de los niños a crecer en un entorno familiar, a la alimentación, a la educación y al cuidado es un deber de la familia y de la sociedad. Estos derechos deben garantizarse y protegerse para que no falten ni se nieguen a ningún niño en ninguna parte del mundo. Debe ser condenada cualquier práctica que viole la dignidad de los niños o sus derechos. También es importante estar alerta contra los peligros a los que están expuestos — especialmente en el ámbito digital—, y considerar como delito el tráfico de su inocencia y cualquier violación de su infancia.

·             La protección de los derechos de los ancianos, de los débiles, los discapacitados y los oprimidos es una necesidad religiosa y social que debe garantizarse y protegerse a través de legislaciones rigurosas y la aplicación de las convenciones internacionales al respecto.

Con este fin, la Iglesia Católica y al-Azhar, a través de la cooperación conjunta, anuncian y prometen llevar este Documento a las Autoridades, a los líderes influyentes, a los hombres de religión de todo el mundo, a las organizaciones regionales e internacionales competentes, a las organizaciones de la sociedad civil, a las instituciones religiosas y a los exponentes del pensamiento; y participar en la difusión de los principios de esta Declaración a todos los niveles regionales e internacionales, instándolos a convertirlos en políticas, decisiones, textos legislativos, planes de estudio y materiales de comunicación.

Al-Azhar y la Iglesia Católica piden que este Documento sea objeto de investigación y reflexión en todas las escuelas, universidades e institutos de educación y formación, para que se ayude a crear nuevas generaciones que traigan el bien y la paz, y defiendan en todas partes los derechos de los oprimidos y de los últimos.

En conclusión, deseamos que:

esta Declaración sea una invitación a la reconciliación y a la fraternidad entre todos los creyentes, incluso entre creyentes y no creyentes, y entre todas las personas de buena voluntad;

sea un llamamiento a toda conciencia viva que repudia la violencia aberrante y el extremismo ciego; llamamiento a quien ama los valores de la tolerancia y la fraternidad, promovidos y alentados por las religiones;

sea un testimonio de la grandeza de la fe en Dios que une los corazones divididos y eleva el espíritu humano;

sea un símbolo del abrazo entre Oriente y Occidente, entre el Norte y el Sur y entre todos los que creen que Dios nos ha creado para conocernos, para cooperar entre nosotros y para vivir como hermanos que se aman.

Esto es lo que esperamos e intentamos realizar para alcanzar una paz universal que disfruten todas las personas en esta vida.

Abu Dabi, 4 de febrero de 2019

Su Santidad                           Gran Imán de Al-Azhar
Papa Francisco                          Ahmad Al-Tayyib

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Comentarios
39 comentarios en “El Papa y el Gran Imán del Al-Azhar: «Declaramos que las religiones no incitan nunca a la guerra»
  1. Quienes utilizan su nombre para aterrorizar y matar no son precisamente católicos, son islamistas e invocan a Alláh. A los terroristas hay que llamarlos por su nombre, pero esto nunca lo hará Francisco, más empeñado en arrojar porquería sobre los católicos, hasta insultarlos incluso como terroristas, que en diagnosticar y resolver un problema.

    1. Le acaban de preguntar si visitará España, y se mete acto seguido con los españoles. Si hubiese ganado Boabdil, vendría a toda prisa proclamando que este país es un modelo de convivencia. En cualquier caso, teme lo que bien sabe: que la España de hoy pasa de él.

  2. Pero ¿ quién puede creer a estos islamistas cuyo objetivo, desde Mahoma, es invadir todo el mundo, absolutamente todo, de lo que tenemos sobrada experiencia en España, utilizando la mentira y la muerte si sirven para la causa ? Ahora Francisco se presta al juego para facilitar la invasión de Europa con sus inmigraciones clandestinas y acabar con los católicos, los únicos malos de la película.

  3. Creo que empiezo a entender el objetivo del viaje: blanqueamiento papal del islam, ideología totalitaria barnizada de religión «bendecida» en pleno siglo XXI por el máximo dirigente del catolicismo y con ella el reemplazo demográfico de Europa en favor de los musulmanes… La segunda bestia ejerciendo de lujo su papel al servicio de la primera.
    ¿Convencerá Francisco a católicos perseguidos, como el Dr. Raad Salam Naaman, de que religiones como el islam «no incitan nunca a la violencia»?:
    «El último fin del Islam es dominar el mundo por las buenas o por las malas»
    youtu.be/e6ziCeG8jqo

  4. «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es a través de mí.» (Jn 14,6)
    Los musulmanes adorarán a la Santísima Trinidad a pesar de ti, Francisco. Tú pasarás, la Palabra no pasará.

  5. Que bien, con esto ya el Islam renuncia a convertir infieles, a perseguir cristianos, a las burkas obligatorias en las mujeres, todo en nombre de la santisima fraternidad. ese gran valor religioso promovido por san mahoma.

  6. Un discurso muy justo, que parece se lo van a llevar a los mandatarios de esos paises musulmanes como Arabia Saudita,Pakistan, Iran, etc. Realmente sería un gran milagro si estos paises firmaran el documento.
    Quizás cuando venga el aviso y el milagro, a lo mejor.
    Lo que si que hay que agradecer es su esfuerzo por el bien común de la humanidad, es el segundo más importante mandamiento de la ley de Dios: Amarás al prójimo como a ti mismo.
    A mi me ha sorprendido lo de Los Emiratos Árabes que apesar de ser un pais musulman, tiene libertad de culto y el Papa va a celebrar alli, una misa multitudinaria.

  7. Eso , eso digo yo, ni una sola referencia a la Santísima Trinidad, distintivo de la Fe cristiana .También para que?, Lo importante es la fraternidad, la igualdad y la libertad. Pues para este viaje , no hacen falta tanta alforja!. Nos queremos amoldar tanto a la realidad humana, que nos olvidamos de la realidad Divina.

  8. Cuantos más detalles leo sobre la declaración conjunta de Francisco y Al-Tayyib más rechazo me causa porque parece situar a ambas religiones en un plano de igualdad al abordar el problema de la violencia en nombre de Dios, cuando el terrorismo no tiene nada que ver con el catolicismo. Quienes matan en nombre de dios (con minúsculas) son MUSULMANES, no católicos ni ortodoxos ni prostestantes sino MUSULMANES; ISIS, Al Qaeda, Boko Haram son grupos terroristas formados por MUSULMANES y no ponen bombas en nombre de Jesucristo sino de Alá. Por supuesto que no todos los musulmanes son terroristas pero quienes conforman los grupos terroristas que actúan en nombre de dios (con minúsculas) son MUSULMANES.

  9. El islam tiene un problema desde que se fundó y es la incitación al uso de la violencia por parte de su fundador, el GUERRERO Mahoma, violencia que se entiende como designio de Alá. No somos iguales, no es igual la civilización que sigue al Hijo de Dios, que se deja crucificar por amor, que una civilización que sigue a un guerrero, Mahoma, con miles de asesinatos a sus espaldas; por eso la mayor parte de los Europeos rechaza la inmigración procedente del mundo musulmán, nadie acepta un plato de pasteles si entre ellos algunos contienen veneno… Esta declaración conjunta es infame, es perverso el blanqueamiento del islam de Francisco.

  10. Palabras de Su Santidad Benedicto XVI en Ratisbona en las que habla del islam citando a Manuel II Paleólogo:
    es.zenit.org/articles/discurso-de-benedicto-xvi-en-la-universidad-de-ratisbona/

    Francisco blaqueando el islam con el máximo líder del mundo musulmán suní:
    aciprensa.com/noticias/catolicos-y-musulmanes-rechazan-la-violencia-en-nombre-de-dios-52737

    Cada vez se entiende mejor por qué uno tuvo que retirarse para colocar al otro en su lugar: Benedicto XVI advertía de la realidad del islam, Francisco colabora en su blanqueamiento como parte de su proceso de conquista y reemplazo demográfico de Europa.

  11. «El Documento sobre la Fraternidad Humana que he firmado hoy en Abu Dabi, con mi hermano el Gran Imán de Al-Azhar, invita a todas las personas que llevan en el corazón la fe en Dios y la fe en la fraternidad humana a unirse y trabajar juntas.»
    twitter.com/Pontifex_es/status/1092484612926914560

  12. Quiero repetir lo siguiente (y lo haré muchas más veces):
    Esto no es un plato de gusto para nadie que ame a la Iglesia. No deseo ningún mal a Francisco, llevo rezando por él desde el momento en que asumió el gobierno de la Iglesia y lo defendí a capa y espada hasta que ya no era posible defender lo que estaba haciendo. Sigo rezando por él pero a estas alturas me atrevo a decir que me parece inevitable que Francisco sea sacrificado, igual que lo fue Su Santidad Benedicto XVI en esta guerra civil que atraviesa la Iglesia. Creo que «la última prueba de la Iglesia» (CIC n. 675) lo demanda.

  13. Pues yo declaro que eso de que «las religiones no incitan nunca a la guerra y no instan a sentimientos de odio, hostilidad, extremismo, ni invitan a la violencia o al derramamiento de sangre» es una enorme e hipócrita MENTIRA. ¿Hace falta poner ejemplos para demostrarlo?

  14. Se habla mucho de «fraternidad», pero no he visto por ninguna parte la referencia a un Dios Padre
    (los musulmanes niegan explícitamente que Dios tenga hijos)
    ¿De quien somos hijos entonces?

  15. Este documento es un batiburrillo de corta y pega, un gazpacho de red barredera de todas las memeces de Francisco puestas juntas una detrás de otra sin orden ni concierto por algún acólito de la curia que no se lo ha leido ni el propio Santo Padre, menudo despropósito, no hay quien lo entienda, imposible de leer sin volverse loco. Que nivel intelectual el del que lo haya redactado… si es que llega a redacción…Que vergüenza!!

    1. Me huele a Víctor Manuel «Tucho» Fernandez, aquel «experimentado?» y «lúcido?» escritor del libro «Saname con tu boca. El arte de besar». Íntimo amigo y actual obispo nombrado por Francisco, quien, según quienes conocen su obra y su estilo, intervino activamente en la redacción de «Amoris Laetitia».

  16. Los objetivos que han sido siempre los de la Iglesia, son excelentes pero no tienen nada de originales, lo preocupante, antes de haberlo meditado, es el texto:
    (El pluralismo y la diversidad de religión, color, sexo, raza y lengua son expresión de una sabia voluntad divina, con la que Dios creó a los seres humanos. Esta Sabiduría Divina es la fuente de la que proviene el derecho a la libertad de credo y a la libertad de ser diferente.)
    Me plantea varias preguntas:
    ¿La Religión Católica no es la única para la salvación del hombre?
    ¿Jesucristo ya no es el camino, la verdad y la vida, es solo uno de los caminos?
    ¿ Jesucristo no es Dios, es como dicen los musulmanes un profeta?
    Supongo que lo estoy entendiendo mal pero si no me lo aclaran, yo creo que el Papa esta respondiendo a esas preguntas con un si, ¡¡¡¡espero equivocarme!!!!

    1. De verdad, esto parece una discusión de niños por defender su equipo.
      La religión católica es la única totalmente verdadera, pero no la única para la salvación, pues hay gente que no la conoce, y no tiene acceso a ella.
      Jesucristo es Dios, y si, es el camino, la verdad y la vida, pero el nos juzgará segun lo que nosotros hayamos recibido o conocido, en como hayamos correspondido a su Amor. Hay gente que ama a Dios y al prójimo, y no conoce a Jesus, pero El habla al corazon.
      Sería una injusticia que Dios no salvara a los que aman de verdad, porque nadie les ha hablado de Jesus. Jesus al joven rico le dijo que para salvarse lo que habia que hacer es cumplir los mandamientos. Del pobre Lazaro dijo que iba a el cielo por aceptar su vida de extrema pobreza.
      La libertad, también es indispensable para salvarse, es necesario elegirle cada uno libremente a El. Elegirle a El significa decir si a su Amor.

      1. Hoy en día, la Buena Noticia llega a todas partes. El problema viene luego de ciertos misioneros que no hacen bien su trabajo, y a otros que si lo hacen se les prohíbe bautizar, se le ponen trabas eclesiásticas en nombre del respeto a las otras religiones. Fuera de la Iglesia no hay salvación, por eso supuestamente se envía a los misioneros. Si se puede salvar fuera de ella, ya no tiene razón de ser.

    2. Francisco, es hora de abrir bien los ojos y el entendimiento y no pensar que se traiciona a nuestra fe, todo lo contrario, si uno empieza a descubrir que las cosas andan mal en nuestra Iglesia, entre ellas principalmente la conducción.
      Y tenerlo en cuenta a Chesterton: «Para entrar en la Iglesia hay que quitarse el sombrero, no la cabeza»

  17. Las religiones, como todo lo humano, están bajo la herencia del pecado original, también. Por eso el Señor, entre otras cosas, vino al mundo a fundar la religión verdadera. Por otra parte, la guerra no es necesariamente mala, es posible la guerra justa. Por ejemplo, era justa la defensa que los cristianos españoles plantearon ante la invasión musulmana. Incluso fue justo que Carlos Martel los detuviese en Poitiers cuando ya habían cruzado los Pirineos para conquistar Francia. Me temo que los musulmanes mínimamente lúcidos no toman en serio ese documento.

  18. El documento parece que lo haya escrito un «fumao» de la pelicula «el guateque»… Que triste, yo creo que no se lo han leído ninguno de los dos firmantes.

  19. Esta declaración de que las religiones no incitan nunca a la guerra no es ni buena ni mala, simplemente es mentira. Sí lo hacen, pero con matices. En el Islam, la incitación a la guerra es permanente, pues el creyente tiene la obligación de hacer la Yihad, o guerra santa, contra los infieles una vez que por la persuasión no hayan aceptado convertirse. En el cristianismo, la incitación a la guerra es puntual, historicamente hablando. El papa Urbano II convocó una guerra santa para reconquistar los santos lugares y eso es innegable, pero esa guerra no corresponde ciertamente con una obligación del cristiano. En el judaísmo, la religión incita a la guerra puntualmente y de ello hablan las escrituras. En primer lugar, al llegar los hebreos a Canaán, siendo obligados por Dios no sólo a la guerra, sino al exterminio de pueblos enteros. Más tarde, la guerra de los Macabeos.

  20. Este documento es un brindis al sol, en el que Bergoglio parece mas interesado en difundir su agenda social, y mundana que religiosa. Por desgracia no supone ningún avance para eliminar o limitar la violencia del islám. Si Bergoglio hubiera tenido de verdad deseos de avanzar en ese camino debería haberse fijado en el discurso de Ratzinguer. No se trata de declarar que las religiones no incitan a la violencia, sino de condenar como autoridades religiosas cualquier proselitismo que no se base en la libertad. Que es algo que los musulmanes difícilmente aceptaran cuando la apostasía esta castigada en la Sharia con la pena de muerte.
    Bergoglio una vez mas nos toma por imbéciles, que no digo que no haya muchos, pero todos todos no lo somos, al menos no todo el rato.

    1. De todas formas las condenas hace tiempo que no funcionan. Las cosas tampoco mejoran a golpe de condena y a la vista está la Iglesia ha condenado todo lo que es condenable pero no ha sido escuchada en multitud de ocasiones por eso está o como estamos. Quizá la solución está en mostrá el Amor que Cristo nos tiene y su deseo de ser amado por ver si así el corazón de hombre se mueve hacia el Corazón de Jesús y por amor cambia de conducta.

      1. Es obligación grave condenar el error y afirmar la verdad. Lo contrario sería un caos. Es una obligación de conciencia.
        La Iglesia Católica siempre ha predicado la misericordia con el que yerra pero la condena con el error. Lo cortés no quita lo valiente.

  21. Esto es apología de la apostasía e indiferentismo religioso, tal y como el vaticano II da a entender q por lo visto dicen que se malinterpreta. Llevan desde el 65 malinterpretandolo sin remedio. Cualquier Papa hasta Pio XII hubiera condenado este documento poniendolo en el indice para proteger a los católicos de la herejia modernista, esa alcantarilla putrefacta de todas las herejias.
    Muchos catolicos ya no lo son pq se han contaminado de todas las barbaridades q se dicen en este documento desde hace decadas. Segun este panfleto, Dios se revela en el subconsciente de todas las personas de manera q Dios ha puesto todas las religiones, más que Dios, es el Gran Arquitecto. Esto no es el evangelio. Es el logiagelio. Si la voluntad de Dios es la diversidad de religiones, la Iglesia no sirve para nada y los curas menos.

  22. La unica voluntad de Dios es que todos los hombres encuentren la fraternidad la libertad y la igualdad dentro de la Iglesia Católica, única tabla de salvación. Porque EXTRA ECCLESIA NULUS SALUS. Siguen empeñados en corregir las palabras de Cristo cuando dice Yo soy el camino, la Verdad y la Vida, con el pretexto del vaticano II, esa bicha sin solucion.Los modernistas pretenden q con esta frase Cristo sólo se está refiriendo a los católicos y no a todos los hombres para q salgan de sus religiones falsas q no pueden salvar. La herejía modernista pretende que los moros se salvan proclamando que hay un solo dios y mahoma su profeta sin necesidad de ser católicos, sin necesidad de la Gracia de los sacramentos. Sois unos sinverguenzas, sabeis perfectamente q nadie va al cielo sin la Gracia de los sacramentos de la Iglesia verdadera. Habeis engañado a los católicos porque os creeis por encima de Dios, ese que va a salvar a los moros por ignorancia invencible antes q a vosotros.

  23. Dios a puesto a sus curas para que prediquen en primer lugar que fuera de la iglesia católica no hay salvacion posible, y en segundo lugar y muy de lejos, para que prediquen el resto de dogmas y otras verdades infalibles, y esa teoría se refleja luego en obras de misericordia espirituales, y luego lo ultimo, las materiales. Para predicar modernismo, Dios pasa de llamar a nadie, para que los perviertan con doctrinas falsas y obliguen a predicarlas. Que sean pues vocaciones falsas para predicar falsedades.

  24. No hagáis amigos entre los infieles hasta que se sometan a Dios. Si no aceptan el islam, apoderaos de ellos y matadles donde les encontréis. (azora 4, aleya 89). Efectivamente, las religiones, especialmente la musulmana, nunca incitan a la guerra, ni mucho menos a la Guerra Santa, la Yihad.

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