Europa llevaba años renegando de la energía nuclear. Ahora vuelve a ella en plena crisis energética

Planta nuclear en Bélgica.
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A medida que los precios de la energía continúan subiendo y la escasez ejerce una presión cada vez mayor sobre la infraestructura energética y las economías del mundo, los países se calientan la cabeza con estrategias para abordar la actual crisis. Los líderes mundiales ya están anunciando grandes planes para volver a la energía nuclear, ahora que el coste del gas natural, el carbón y el petróleo se están disparando y las energías renovables dependientes del clima no están funcionando como deberían.

Soluciones desesperadas para situaciones desesperadas. Francia está liderando la avanzadilla para colocar la energía nuclear en el centro de los planes climáticos de la UE, exponiendo una brecha en Europa sobre el futuro de la división de átomos. Se avecina en Bruselas una decisión sobre si esta energía se clasificará como combustible sostenible. Hace unas semanas, ministros de 10 países, incluida Francia, intervinieron en un lado del debate  con una carta a los líderes de la UE que decía que la energía atómica "debe ser parte de la solución".

Emmanuel Macron ya ha utilizado el lanzamiento de su agenda Francia 2030 para pedir una nueva generación de reactores nucleares, financiada con 1.000 millones de euros de dinero público. Los partidarios de la energía nuclear dicen que es confiable, libre de carbono y reduce la dependencia de Europa de las importaciones, en un momento en que los precios del gas se disparan. Pero la fisión tiene muchos críticos en Europa, sobre todo en Alemania, asustada por el desastre de Fukushima en 2011, y con planes para cerrar todas sus plantas el próximo año.

¿Qué explica el cambio? La gran necesidad de las energías renovables dependientes del clima de Europa y EEUU hizo que el suministro de electricidad fuera más vulnerable a la escasez de gas natural. Además se produjo una inevitable alza de precios. Lo hemos contado en Magnet. Y claro, ahora muchas naciones están volviendo ahora a las formas más sucias de producción de electricidad, el diesel y el carbón.

Además del aumento de los precios, existe en ciernes un creciente apoyo popular y político a la energía nuclear. El apoyo público a este tipo de energía aumentó un 17% en Francia. “No quiero que nuestro país pierda su soberanía energética bajo el pretexto de una absurda transición energética copiada de Alemania”, explicaba un candidato presidencial francés.

Una tendencia. Finlandia se ha unido a Francia, Polonia, Hungría y la República Checa para presionar a la UE para que clasifique la energía nuclear como sostenible. El movimiento pro-nuclear de Finlandia marca así un cambio de sentido dentro del Partido Verde, que es parte del gobierno actual. Tradicionalmente, el partido ha sido ferozmente antinuclear. Y ha dimitido de gobiernos anteriores por el tema. Ahora, sus puntos de vista se han vuelto más pragmáticos y afirman tener una actitud neutral.

Mientras tanto, el gobierno británico está en conversaciones con Westinghouse sobre la construcción de una nueva planta nuclear en Gales, una que podría proporcionar energía a más de seis millones de hogares, y ha presionado a China para que deje de tener una participación en otra planta nuclear diferente, Sizewell.

Motivos políticos. Mientras Macron construye reactores en casa, los ministros franceses están presionando en el extranjero para que Europa apruebe la energía nuclear. La decisión de la UE no dictará si los países pueden o no pueden utilizar la energía nuclear, que es un asunto de los gobiernos nacionales. Pero su inclusión en la lista verde indicaría que las empresas deberían considerar invertir en energía nuclear, especialmente porque algunas tendrán que revelar qué tan lejos están de realizar pedidos del folleto verde de la UE.

"Importa políticamente porque un asentimiento de aprobación de Bruselas reforzaría a gobiernos pro-nucleares como Francia. No es que incluir la energía nuclear como una inversión verde realmente los ayude desde una perspectiva económica. El mayor beneficio sería que podrían usar eso para decir: 'Mira, tenemos pruebas científicas de que la energía nuclear es ecológica'", explicaba Thomas Pellerin-Carlin, experto en energía del Instituto Jacques Delors en este reportaje.

Reinvertir el panorama. Todos estos eventos están sorprendiendo incluso a las personas a favor de la división de átomos. En 2015, los ambientalistas pro-nucleares Mark Lynas y George Monbiot pidieron al gobierno británico que cancelara los planes para construir plantas nucleares, alegando que eran demasiado caras. El mes pasado, más de 300 personas de 12 naciones de todo el mundo, desde Corea del Sur hasta Italia, realizaron una protesta "Defiende la energía nuclear" en Bruselas. Y una de las células pro-nucleares más grandes de Europa está en Alemania.

En julio, Alemania, Austria, Dinamarca, Luxemburgo y España instaron a la Comisión Europea a negar la financiación de la UE a las centrales nucleares. Pero todos los informes científicos a la comisión de la UE recomiendan permitir la financiación, y el movimiento de base pro-nuclear en Europa sigue creciendo a pasos agigantados incluso en Alemania, que está programada para cerrar sus últimos seis reactores a fines del próximo año, y Holanda, que está considerando construir nuevos reactores.

Imagen: Unsplash

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