La hormiga toro gigante tiene un veneno para causar dolor en especial a los mamíferos

Especie australiana

El péptido descubierto puede ayudar a entender el dolor a largo plazo en humanos, indica un nuevo estudio

Hormiga toro australiana de la especie ' Myrmecia gulosa' .

Hormiga toro australiana de la especie ' Myrmecia gulosa' .

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La hormiga toro australiana de la especie Myrmecia gulosa (conocida también como red bull y como hormiga toro gigante) ha desarrollado -por un complejo proceso de selección natural- un veneno que actúa específica y dolorosamente contra uno de sus mayores depredadores, el equidna (mamífero de apariencia similar al erizo), según confirma un estudio liderado por expertos de la Universidad de Queensland en Brisbane (Australia) cuyos resultados han sido publicados en la revista PNAS (7 de febrero)

El equipo que encabezan David Eagles y Natalie Saez presenta detalles sobre la toxina peptídica en el veneno de esta hormiga toro, una substancia que "imita las hormonas similares a EGF [Factor de Crecimiento Epidérmico] de vertebrados para causar hipersensibilidad duradera en mamíferos".  

Datos complementarios

Esta investigación aporta datos complementarios a los presentados en 2018 en la revista Science Advances  por otro equipo del mismo centro académico y puede ayudar a comprender y solucionar algunos de los factores que provocan con dolor a largo plazo en humanos, según destaca el resumen de conclusiones que ha difundido la Universidad de Queensland.

Área de presencia de la hormiga toro de la especie ' Myrmecia gulosa '  .

Área de presencia de la hormiga toro de la especie ' Myrmecia gulosa ' .

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Los autores destacan que la hormiga toro "explota una vía del dolor en los mamíferos, gracias a un proceso que parece haber  evolucionado para evitar que los equidnas ataquen los nidos de estos insectos".

“Los venenos son cócteles complejos y aunque el veneno de la hormiga toro contiene moléculas similares a las que se encuentran en las picaduras de abejas melíferas que causan dolor inmediato, también encontramos una nueva molécula intrigante que era diferente”, ha explicado el profesor Samuel Robinson, autor principal del estudio.

Mientras buscaba en bases de datos secuencias de aminoácidos similares, el equipo descubrió que la molécula coincidía con la secuencia de hormonas de mamíferos relacionadas con el factor de crecimiento epidérmico (EGF), y de estas, estaba más estrechamente relacionada con la del equidna.

Ejemplar de equidna común 'Tachyglossus aculeatus' .

Ejemplar de equidna común 'Tachyglossus aculeatus' .

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“Probamos la molécula de veneno en los receptores EGF de mamíferos y resultó muy potente; esto nos convenció de que la molécula de veneno estaba allí para defenderse de los mamíferos”, ha indicado el profesor Robinson.

“Continuamos demostrando que si bien no causaba dolor directo, la molécula sí causaba una hipersensibilidad duradera.

“Muchos pequeños marsupiales carnívoros, como los peramélidos o bandicoots, comen hormigas individuales, pero solo se sabe que el equidna ataca los nidos de hormigas toro y se dirige a sus crías", por lo que un veneno específico resulta efectivo en la defensa de las colonias.

El nuevo estudio "Puedes ver claramente en el ADN de la hormiga que está produciendo una molécula que imita una hormona de su enemigo natural y la está usando como arma contra él; recuerda el antiguo proverbio 'para conocer a tu enemigo, debes convertirte en tu enemigo.'"

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Los autores del nuevo estudio recuerdan que los vínculos entre la señalización de EGF y el dolor crónico están ocupando numerosas investigaciones recientes y confían en que su trabajo con hormigas pueda inspirar nuevas formas de tratar el dolor a largo plazo en humanos.

La Universidad de Queensland indica, en este sentido, que los medicamentos inhibidores de EGF están fácilmente disponibles en el mercado y se usan en la terapia contra el cáncer para retrasar el crecimiento del tumor, con evidencia que sugiere que los pacientes que los toman experimentan menos dolor a largo plazo.

“Esperamos que al resaltar el papel de esta vía de señalización en el dolor, podamos fomentar diferentes estrategias para el tratamiento del dolor, especialmente el dolor a largo plazo para el cual el tratamiento actualmente es limitado”, indica Samuel Robinson.

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