El Ártico podría quedarse sin osos polares antes de final de siglo, la Unión Europea aprueba un acuerdo agridulce y el riesgo de vertidos aumenta frente a las costas de Yemen.
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LA DESAPARICIÓN DE UN SÍMBOLO

Los osos polares están acostumbrados al ayuno. En situaciones extremas, los adultos pueden aguantar hasta 200 días sin comer, si han conseguido llenar al máximo sus reservas de energía. Pero las condiciones están cambiando en el Ártico y cada vez les es más difícil cazar y criar con seguridad.

Si las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando al mismo ritmo que en la actualidad, la tasa de reproducción y supervivencia de los osos polares se desplomará en los próximos años y es probable que apenas queden ejemplares en libertad a finales de siglo, según un estudio publicado en Nature Climate Change. El Polo Norte podría perder su mayor símbolo en los próximos 80 años.

El cambio climático se sigue cebando con el Ártico, donde la temperatura se ha disparado en la última década. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) señala que el calor inusual experimentado en Siberia desde enero, del que hablamos la semana pasada, habría sido imposible sin el impacto de las emisiones humanas. En condiciones naturales, estas temperaturas solo se alcanzarían una vez cada 80.000 años. En la situación actual, cada 130. Y, si nada cambia, serán cada vez más frecuentes.

  • Misha es una de las osas polares más fotografiadas del mundo. Su historia en las islas Svalbard es también una historia de supervivencia y adaptación al ser humano.
  • La subida de las temperaturas podría no afectar por igual a todos los corales. Una investigación indica que las poblaciones del mar Rojo pueden sobrevivir en aguas hasta 7 °C más calientes de lo habitual.

    ¿CRISIS CLIMÁTICA?

    La Unión Europea ha cerrado esta semana un acuerdo histórico que movilizará 750.000 millones de euros para la recuperación de la crisis generada por la pandemia. En medio de las celebraciones y las felicitaciones por el compromiso alcanzado tras meses de duras negociaciones, destacan dos grandes perdedores: la investigación científica y la lucha contra el cambio climático.

    El acuerdo ha salido adelante con recortes más abultados de lo previsto en algunas partidas. El fondo de ciencia, Horizonte Europa, pasa de 13.500 a 5.000 millones de euros y el Fondo para una Transición (energética) Justa se reduce de 30.000 a 10.000 millones. Eso sí, el documento firmado también incluye el compromiso de que al menos el 30% del gasto total se destine a cumplir los objetivos climáticos de la Unión Europea.

    Como era de esperar, la noticia no ha sentado bien entre la comunidad científica y los colectivos ecologistas. Los jóvenes por el clima, incluyendo a Greta Thunberg, han asegurado que esta decisión demuestra que los dirigentes no se están tomando en serio la crisis climática.

    • El New York Times ha publicado una serie de emails que muestran cómo la industria de los combustibles fósiles ha presionado de forma continuada al gobierno de Estados Unidos para relajar la legislación ambiental.
    • Tras años de crecimiento económico ligado a la explotación del petróleo, Guinea Ecuatorial se ha dado cuenta de que su modelo de desarrollo no es el adecuado. Por primera vez, el país se ha marcado objetivos de sostenibilidad ambiental y desarrollo territorial.

      En tierra de nadie

      Cada vez llueve menos en el Sahel. La desertificación avanza y el territorio sufre las consecuencias del cambio climático. El País recoge, en una serie de fotografías, los testimonios de la crisis en Mauritania.

      UN PETROLERO EN LA GUERRA DE YEMEN

      El petrolero Safer, que lleva cinco años anclado frente a las costas de Yemen, amenaza ahora con liberar su contenido a medida que su casco se degrada. Lleva una carga de más de un millón de barriles de petróleo, el doble de lo que cargaba el Prestige

      De producirse, el desastre tendría un grave impacto medioambiental y afectaría directamente a 1,6 millones de yemeníes que ya están en situación de vulnerabilidad por la guerra civil que se mantiene desde 2015. Dificultaría, entre otras cosas, la entrada de material humanitario.

      El petrolero era propiedad del gobierno yemení, pero fue incautado por los rebeldes hutíes en 2015 y no ha recibido mantenimiento desde entonces. Ahora, los hutíes demandan condiciones relacionadas con el conflicto a cambio de permitir a los inspectores de la ONU acceder al barco para analizar la situación.

            En pocas líneas

            • Intentan durante días liberar un cachalote que había quedado atrapado en una red en Sicilia. Desde Greenpeace denuncian que este tipo de redes llevan prohibidas más de 20 años, pero se siguen usando con impunidad.
            • Pequeño tratado del jardín punk nos anima a cortar menos el césped y dejar que la naturaleza de los jardines campe a sus anchas para respetar la biodiversidad y los ecosistemas.
            • La covid-19 ha vuelto a poner el foco sobre las granjas de visones, posibles reservorios de virus. WWF pide de nuevo su cierre en España, Dinamarca y Países Bajos (en donde ya está previsto para 2024).
            • Zoonosis invertida: se han encontrado evidencias de bacterias de origen humano y resistentes a los antibióticos en animales como murciélagos, pingüinos, leones marinos y ualabíes.
            • Los monos capuchinos de Costa Rica se meten el dedo en la nariz unos a otros como parte de sus rituales sociales.
            • ¿Cómo se vería Google Maps teniendo en cuenta las predicciones de subida de nivel del mar para 2050? Un mapa interactivo realizado por Surging Seas nos muestra que gran parte del territorio del que disfrutamos hoy podría estar para entonces bajo el agua.

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