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Festivales, conciertos y eventos deportivos deberán ofrecer agua gratis para luchar contra los residuos

Un real decreto obligará a los supermercados a dedicar un 20% de su superficie a la venta a granel, a impulsar el uso de envases reutilizables y a no vender la fruta envuelta en plástico

Dos asistentes a la edición de 2019 del festival de música Sónar de Barcelona. Foto: JUAN BARBOSA | Vídeo: EPV
Manuel Planelles

El Ministerio para la Transición Ecológica acaba de enviar a la Comisión Europea el proyecto del real decreto de envases y residuos para que Bruselas dé su visto bueno. Entre las medidas incluidas en el texto está la obligación de los promotores de eventos festivos, culturales y deportivos de implantar alternativas a la venta y la distribución de bebidas envasadas y de vasos de un solo uso, “garantizando además el acceso a agua potable no envasada” a partir del próximo año. Esta medida va en la línea de lo que establece ya la Ley de Residuos aprobada en marzo, que obliga a todos los establecimientos hosteleros del país a poner a disposición de los clientes agua gratis del grifo. Tanto la ley como el real decreto que ultima ahora el Gobierno persiguen lo mismo: reducir los residuos y fomentar la reutilización y el reciclado.

Cuando se apruebe definitivamente la norma en el Consejo de Ministros —algo que Transición Ecológica espera que ocurra antes de fin de año— también estará prohibido que en los comercios minoristas (los supermercados y las tiendas de barrio) se venda la fruta envasada cuando su peso no exceda los 1,5 kilogramos. Además, los establecimientos de más de 400 metros cuadrados destinarán al menos el 20% de su área de ventas a los productos que se comercializan a granel. Con este decreto también se implantará poco a poco un sistema de depósito, devolución y retorno para algunos envases reutilizables en los comercios. Y, si no se cumplen unos objetivos de reciclaje, también será obligatorio ese modelo para los envases de un solo uso, algo que desde hace años piden los ecologistas y que rechaza Ecoembes, la entidad que gestiona el contenedor amarillo y que representa los intereses de comercios, fabricantes y distribuidores de productos domésticos que se comercializan en plástico, latas y briks.

Una de las razones por las que el Gobierno ha tenido que trasladar a Bruselas el texto, que ya ha sido sometido a información pública, es que la aprobación de este real decreto formaba parte de los compromisos que adquirió España ante la Comisión para recibir los fondos del programa Next Generation de recuperación frente a la crisis de la covid. Además, España tiene abiertos tres expedientes de infracción por la no trasposición de varias directivas europeas sobre residuos y envases que deberían archivarse tras la aprobación de este real decreto y la Ley de Residuos, según fuentes del Ministerio de Transición Ecológica.

Agua gratis

La última versión del proyecto de real decreto de envases, a la que ha accedido EL PAÍS, señala que “los establecimientos del sector de la hostelería y restauración ofrecerán siempre a los consumidores, clientes o usuarios de sus servicios la posibilidad de consumo de agua no envasada de manera gratuita y complementaria a la oferta del mismo establecimiento”. Se apuntala así lo que ya fijaba la Ley de Residuos. El agua del grifo gratis era una reivindicación de los grupos ecologistas y de organizaciones de consumidores. OCU, por ejemplo, ha aplaudido la medida y recuerda que el incumplimiento de esta obligación habilita al usuario a solicitar la hoja de reclamaciones, lo que puede terminar en una sanción para el establecimiento.

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OCU pidió también hace unos días que esta medida se extienda a los festivales de música al aire libre y a los eventos deportivos. En la última versión del real decreto de envases Transición Ecológica abre precisamente esa puerta, pues fija la obligación de los promotores de estos eventos de garantizar “el acceso a agua potable no envasada” a los clientes. Fuentes de Transición Ecológica especifican que esos promotores deberán hacerlo de forma gratuita en el caso de que “tengan acceso a la red de agua potable municipal”. Algunos festivales de música ya están caminando en esa dirección y vetando las botellas de agua de plástico, un envase que se está convirtiendo en uno de los símbolos de la contaminación por dicho material, un problema medioambiental que va en aumento cada año.

Pero la obligación de ofrecer agua gratis del grifo es solo una de las muchas medidas que contempla el real decreto, que fija objetivos concretos para esta década. Por ejemplo, el ministerio establece como meta “que todos los envases puestos en el mercado sean reciclables en 2030 y, siempre que sea posible, reutilizables”. En el caso de las botellas de plástico de un solo uso para cualquier tipo de bebida, la última redacción del real decreto propone que para 2030 se deberá haber reducido un 20% su comercialización respecto a los niveles de 2022. En este apartado, en la versión que se expuso a información pública hace unos meses la reducción propuesta era del 50%, pero fuentes del ministerio reconocen que se ha suavizado esa meta tras escuchar al sector en el proceso de alegaciones.

Muchas de las medidas comportarán cambios importantes en los supermercados y comercios minoristas, donde cada vez serán más habituales los envases reutilizables que el cliente devolverá a cambio de una pequeña fianza o que llevará de casa para que se lo rellenen. El sistema de retorno por el que se cobrará esa fianza por cada envase se aplicará primero a los recipientes reutilizables y luego se extenderá a los de un solo uso, si los datos de reciclaje de España no evolucionan positivamente.

Fraude

El real decreto busca acabar con la opacidad existente en el sector del reciclaje. Los productores y distribuidores son en estos momentos los responsables de la gestión de los residuos y los que manejan los datos. Pero existe un cierto riesgo de “fraude”, según se recoge en el preámbulo de la norma que ultima Transición Ecológica. Por eso se creará un registro oficial y se obligará “a todos los productores a inscribirse y a remitir anualmente información sobre la puesta en el mercado de envases”. El objetivo es que la Administración pueda conocer de forma certera el porcentaje de envases que se reciclan.

El etiquetado también cambiará y deberá expresar claramente qué tipo de residuo es cada envase y el contenedor donde debe tirarse. Además, se prohíbe el marcado de los envases con la expresión “respetuoso con el medio ambiente” o cualquier otro equivalente “que pueda inducir a su abandono en el entorno”. Y aquellos que sean compostables —que van al contenedor marrón— llevarán la indicación de “no abandonar en el entorno”. Por último, cuando estén compuestos por diferentes materiales y sean fácilmente separables, “los consumidores deberán separarlos y depositarlos en la fracción o contenedor correspondiente”.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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