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Las claves de una ola de calor que desafía todos los récords de intensidad, extensión y duración

Los expertos alertan de que el actual episodio de altas temperaturas, potenciado por el cambio climático, será “extraordinario” y puede superar la dimensión de los peores sufridos en España

Un obrero de la construcción trabaja a pleno sol bajo un intenso calor, este lunes en Ourense.
Un obrero de la construcción trabaja a pleno sol bajo un intenso calor, este lunes en Ourense.Brais Lorenzo (EFE)
Victoria Torres Benayas

“En verano es normal que haga calor, pero este calor no es normal”, advertía el sábado en Twitter la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Ese día comenzaba en Canarias una ola de calor que Rubén del Campo, portavoz de la Aemet, no duda en calificar, a priori, de “extraordinaria”. El domingo alcanzó al resto de España y tal va a ser su persistencia que ni siquiera se atisba un final claro. Como dato clave, Del Campo cita el índice EFI (siglas en inglés de Extreme Forecast Index, con el que se cuantifica la rareza de un fenómeno extremo), que apunta a que es “muy inusual” en la mayor parte de la Península, especialmente en el norte y el oeste, donde supone “el episodio de calor más extremo de los últimos 20 años”. Si se cumplen las previsiones, será una de las peores olas de la historia en los tres parámetros en los que se pueden evaluar estos fenómenos: extensión, intensidad y duración.

¿Por qué, dentro de la excepcionalidad, esta ola es distinta?

Es la número 66 desde 1975, pero no es una más. “Dentro de la anormalidad que supone un episodio de estas características, este es excepcional”, reitera Del Campo. Para empezar, lo es en intensidad. Una de las medidas que se usan para cuantificarla es la temperatura de la masa de aire cálida que la causa “libre de factores locales”, es decir, a presiones de 850 hectopascales, a una altura de 1.500 metros. Cuanto mayor es la temperatura a esa altura, mayor suele ser en superficie.

Esta masa es “extraordinariamente cálida, va a superar los 30°C”, lo que hará que se codee con la ola más intensa desde que hay registros, la de agosto del año pasado, que tuvo una anomalía de 4,1° ―la desviación entre la temperatura a partir de la cual se puede hablar de ola de calor y la finalmente alcanzada―. El portavoz de la Aemet la compara también con la segunda más intensa, la de junio de 2019: “Hay que esperar a que termine para hacer balance. No sabemos aún si esta masa va a ser más cálida que la primera o segunda hasta ahora, pero sí que va a estar en magnitudes similares”.

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Por su parte, el investigador y meteorólogo de la agencia Juan Jesús González Alemán señala que va a tener dos etapas: “En los primeros días, es una ola típica, pero, a partir del miércoles, empezará a adquirir una componente extraordinaria y anómala”. “Se formará sobre la Península una dorsal ―una zona de altas presiones en niveles medios y altos de la troposfera asociada a aire cálido― tan extensa y robusta que será histórica, con una masa de aire cálido en su seno de récord para estas fechas”. Se calcula que la dorsal va a alcanzar los 6.000 metros, “una barbaridad”.

En cuanto a duración, se puede colar entre las tres más largas de las que se tienen registros. La más duradera hasta el momento fue la de junio y julio de 2015, que se prolongó 26 días; la segunda, la de julio-agosto de 2003, 16 jornadas, y la tercera, la de junio de 2017, nueve. “Es pronto para decir en qué puesto quedará, porque hay dudas sobre si empezó el domingo o el sábado, pero puede entrar en el podio de las tres más largas”, matiza Del Campo.

En extensión, la más grande data de agosto de 2012, que alcanzó a 40 provincias. En el segundo puesto hay un empate entre la primera de este verano y la de julio-agosto de 2003, con 38 provincias afectadas. En el tercer puesto, otro empate entre la de julio y agosto de 2018 y la de agosto del año pasado, con 36 provincias. Una vez más, hasta que no acabe no se sabrá con precisión el número de provincias, pero “apunta maneras también para ser de las más extensas”, según Del Campo. El jueves los avisos por calor afectarán a todas las comunidades, salvo Canarias.

¿Qué tiene que ver con el cambio climático?

El cambio climático no causa las olas de calor, pero sí hay un robusto consenso científico en afirmar que “las hace más tempranas, más recurrentes, más intensas y más duraderas”, explica Del Campo, para asegurar que este episodio “tan inusual en todos los aspectos es un ejemplo claro”. “Por la acción del hombre, en solo una década España ha duplicado las olas de calor”, recuerda el portavoz. “Detrás de que una dorsal como esta adquiera un comportamiento tan extremo está, sin duda, el cambio climático”, añade González Alemán.

“Las temperaturas que se van a alcanzar en gran parte de la Península, que con el clima actual son algo excepcional aunque cada vez más frecuente desde los noventa, se convertirán en algo normal a final de siglo si no hacemos nada para atajar el cambio climático. Los días de verano a más de 35° aumentarán en más de 30 o 40 días, según las zonas, es decir, que más de la mitad del verano será así”, alerta este investigador, que pone el acento en que este año se acumulan el episodio cálido de mayo, la ola de calor de junio y otra ahora, apenas tres semanas más tarde. “Este escenario de aumento del número de olas está totalmente en consonancia con las predicciones de cambio climático”.

¿Cuánto por encima están las temperaturas respecto a los valores normales?

El jueves, en principio la cresta de la ola, las máximas estarán entre 5° y 10° por encima de los valores promedio para esta altura del año en toda la Península y en Baleares, salvo en algunos puntos de la costa mediterránea. A entre 10° y 15° por encima subirán los termómetros en Galicia, puntos del interior de las comunidades cantábricas, Navarra, norte y oeste de Castilla y León, oeste de Extremadura y Andalucía.

Pero la anomalía será mayor, de entre 15° y 20° más, en el sur de La Coruña, buena parte de Pontevedra, oeste de Ourense y sur de Lugo. Aunque en puntos del valle del Guadalquivir, del Tajo y del Guadiana las temperaturas serán más altas que en Galicia, comparativamente donde más calor se va a notar es en esta comunidad porque la diferencia con sus temperaturas normales es la mayor. Las mínimas estarán entre 5° y 10° por encima de lo habitual en buena parte de la mitad norte y el oeste de la Península.

¿Pueden batirse récords?

“Pueden tumbarse récords de máximas y de mínimas en muchos puntos del noroeste, sobre todo de Galicia y de Castilla y León”, indica Del Campo, poco amigo de vaticinios concretos, porque hay factores difíciles de cuantificar como la calima o las nubes, que recortarían en uno o dos grados las temperaturas finales. Las previsiones señalan que pueden superarse algunas marcas en Valladolid, Ourense, Badajoz, Lleida, Logroño y Bilbao. De momento, queda lejos la máxima más alta jamás medida en España, 47,4° en agosto del año pasado en Montoro (Córdoba), pero conviene “ser prudentes”.

¿Qué zonas se salvan y cuáles se achicharran?

Los territorios más castigados son Canarias el pasado fin de semana y, a partir del martes, el suroeste peninsular, especialmente el Tajo, el Guadalquivir y el Guadiana, con 44°, 45° y hasta 46°, respectivamente. Sin embargo, por su desviación con respecto a los valores normales, lo peor estará en el sur de Galicia, con 42°, y en la meseta Norte, con 40° o más en Burgos, Valladolid y Palencia. En cambio, más fresco va a hacer en la costa mediterránea, con entre 30° y 35°. También se salvarán en la costa cantábrica puntos como A Coruña, San Sebastián y Santander, donde las temperaturas oscilarán entre los 28° y los 30°.

¿Hasta cuándo va a durar?

No tiene fecha de caducidad, ya que hay mucha incertidumbre sobre la evolución que va a seguir uno de los actores que están disparando las temperaturas. Se trata de una dana o depresión aislada en niveles altos, que se sitúa este lunes al oeste peninsular y que es la que ya está insuflando una masa de aire todavía más cálida que la existente desde el norte de África. “Muy probablemente, durará toda la semana”, avanza Del Campo.

“Puede ser que termine a comienzos de la que viene, pero todo depende de la posición de la dana. Algunos de los escenarios que manejamos hoy [lunes] prevén que se va a aproximar más y, si se acercara lo suficiente, podría inyectar aire más fresco y bajar las temperaturas”, explica el portavoz. Así, puede que haya “un alivio térmico de cara al domingo/lunes en el extremo noroeste, pero estamos en el límite de la predicción, que llega con certeza a siete días”.

¿Afectará a otros países de Europa?

Con la misma intensidad que a España, la ola afecta a Portugal y a mediados de esta semana producirá “valores extremos e inusuales en Francia, sur de Reino Unido, norte de Italia, Holanda, Bélgica, oeste de Alemania...”, pronostica Del Campo. En Francia, se esperan anomalías de más de 10°.

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Sobre la firma

Victoria Torres Benayas
Redactora de la sección de Madrid, también cubre la información meteorológica. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Navarra, cursó el máster Relaciones Internacionales y los países del Sur en la UCM. En EL PAÍS desde el año 2000, donde ha pasado por portada web, última hora y redes, además de ser profesora de su escuela entre 2007 y 2014.

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