¡Hola! Este es nuestro análisis de noticias de medioambiente de la semana. Entre otras cosas, volvemos a hablar de las persistentes olas de calor en Europa, los factores medioambientales del colapso de Sri Lanka y las buenas noticias del rorcual común desde la Antártida.

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(OTRA) OLA DE CALOR

Esto parece el día de la marmota, pero tenemos que volver a hablar de olas de calor. La que se está viviendo estos días en España y Portugal es extraordinaria por su intensidad (las temperaturas medias máximas están entre 5 y 10 ºC por encima de los promedios), su duración (puede alargarse toda la semana e incluso más) y su extensión (afecta a gran parte de la península Ibérica).

La anomalía es especialmente fuerte en el noroeste. En Galicia, desde donde te escribimos, las máximas estarán entre 10 y 15 ºC por encima de lo habitual en esta época del año. En algunas zonas, la diferencia llegará a ser de hasta 20 ºC.

Detrás de estas temperaturas está lo que en meteorología se conoce como una dorsal en altura. Esta garantiza estabilidad y cielos despejados, que permiten que la superficie reciba el calor del sol de julio. Además, hace que se den movimientos descendentes de aire, que se va calentando a medida que se acerca a la superficie. Estos y otros ingredientes forman las condiciones perfectas para que se acumule el calor.

En la última década, el número de estos fenómenos se ha duplicado en España. Y un estudio reciente ha señalado que el continente europeo, en su conjunto, está viendo aumentar las olas de calor con más rapidez e intensidad que cualquier otra parte del mundo.

• La ciencia tiene también mucho que decir sobre cómo protegerse de las altas temperaturas. Es fundamental hidratarse bien y evitar exponerse al sol durante las horas centrales del día. Los ventiladores, a más de 35 ºC, dejan de ser efectivos.
• Portugal declara el estado de contingencia, el penúltimo nivel de alerta, por las altas temperaturas y los incendios forestales.
• Países como China y Estados Unidos también están viviendo intensas olas de calor. En Texas, se ha pedido a los habitantes que reduzcan el consumo de energía ante un fuerte incremento de la demanda que ha puesto a prueba la red eléctrica.

EL COLAPSO DE UN PAÍS

Las imágenes de miles de manifestantes tomando la residencia del presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, y su posterior huida del país han dado la vuelta al mundo esta semana. Pero las protestas ciudadanas llevan meses en marcha como consecuencia de la grave crisis económica y política que ha acabado provocando el colapso del país. No hay combustible ni energía y faltan la comida y otros bienes básicos.

Por mucho que se busque simplificar, las causas son complejas. Sin obviar la gestión fiscal del país y el impacto de la pandemia sobre el turismo (su principal fuente de ingresos), esta crisis tiene mucho que ver con dos factores de peso medioambiental: la agricultura y los combustibles fósiles.

Una de las promesas del actual Gobierno era planificar una transición hacia una agricultura totalmente ecológica a lo largo de 10 años. Pero en abril de 2021, ante la subida de precios, se decidió dar el salto de golpe. Se prohibió la importación de fertilizantes y pesticidas (porque el país ya no podía pagarlos) y la producción agrícola, sin margen de adaptación, cayó un 20 % en solo seis meses.

Sri Lanka perdió su autosuficiencia alimentaria en el peor momento. La subida del petróleo y el gas y la inflación global dejaron al país sin capacidad de importar nada. Las reservas de combustibles están en mínimos (la venta de gasolina a consumidores particulares está prohibida) y escasean la comida y las medicinas. Su situación no es única: muchos países en vías de desarrollo comparten un futuro incierto ante la subida de los precios.

• La sequía reducirá la producción de cereal en Europa en un 2,5 %, según el informe de perspectivas de la Comisión Europea.
• Italia declara el estado de emergencia hídrica en cinco regiones. La falta de agua pone en riesgo el 30 % de la producción agrícola nacional.

Frenesí antártico

Hace 50 años se prohibió su caza. Ahora, han grabado por primera vez a 150 rorcuales comunes alimentándose en grupo en la Antártida. Esta especie de ballena, la segunda más grande del planeta, está recuperándose.

UN BAÑO SIN PLÁSTICOS

¿Sabías que más de la mitad del plástico que se ha producido en la historia se comercializó después del año 2000? Sin apenas darnos cuenta, en las últimas dos décadas hemos aumentado enormemente nuestro consumo de este material. Muchas veces, sin que esto tenga un impacto real en nuestra calidad de vida.

Se espera que la producción siga creciendo en los próximos años. Sin embargo, cada vez más personas y movimientos están luchando para dar la vueltaa esta situación. Continuamos con los consejos de Patri y Fer, de Vivir sin plástico, para sumarnos al reto de Julio sin plástico:

• En el baño, haz una “auditoría” para ver cuáles son los productos que usas realmente. Anímate a probar la cosmética sólida: además de conseguir un baño más despejado y minimalista, ahorrarás plásticos y emisiones al planeta. Los formatos sólidos, al no contener agua, pesan mucho menos y su transporte es más eficiente.
• Si no te gusta el sabor del agua de tu localidad, puedes poner un filtro. Además de ahorrar emisiones, dinero y plástico, estarás protegiendo un bien tan básico como el agua. También puedes escribir a tu ayuntamiento o comunidad para que mejoren el sabor y la calidad del agua. ¡Puedes incluso hacer una campaña!
• Pásate a la copa, bragas menstruales o compresas reutilizables. Hay muchas alternativas que nos liberan de los tampones y las compresas desechables. Te relacionarás con tu menstruación de una forma más sana y sostenible.
• Como pasa con los cosméticos, solemos tener más productos de limpieza de los que necesitamos. Puedes hacer tus propios limpiadores caseros con ingredientes básicos como bicarbonato, jabón, vinagre o limón. Si prefieres productos ya elaborados, cada vez hay más tiendas que los venden a granel, donde puedes llevar un envase para que lo rellenen.

IPBES: el cortoplacismo y el crecimiento económico destruyen la biodiversidad

El nuevo informe del IPBES, muy crítico con cómo se valora la naturaleza en las decisiones políticas y económicas, considera que «la economía verde, el decrecimiento, la administración de la Tierra y la protección de la naturaleza» son algunas de las vías para lograr «un futuro justo y sostenible». Sigue leyendo.

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