En Mongolia, el sumo tiene mucho prestigio en los círculos deportivos. En los últimos treinta años, los luchadores del «País del Eterno Cielo Azul» han generado una gran impresión en Japón. Desde el inicio del siglo, cinco mongoles han sido galardonados con el título supremo de yokozuna, el cual es el rango más alto de sumo, mientras que solo un atleta japonés lo ha obtenido.
En Úlan Bator, la joven Tuvsho, entrena fuerte. Sueña en convertirse en una gran campeona y se niega a detenerse frente a las restricciones que impiden a las mujeres practicar la lucha libre profesional. La voluntad de Tuvsho se fundamenta en su lema «Brillaré intensamente», aspirando a inmortalizar su nombre en la piedra legendaria del sumo mongol.
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